Revista Jurídica LALIGA

España y Portugal se encuentran en la familia de países -al contrario de tantos otros, y en el marco olímpico y de las federaciones deportivas internacionales- en los que el Estado ha publicado buena parte de la actividad deportiva federada, especialmente en lo que se refiere a organización, dirección, regulación y disciplina de las competiciones deportivas. En esencia, la experiencia jurídico-deportiva es, en su filosofía, muy similar en España y Portugal. Esta proximidad -a veces identidad- de normativa pública, nos conduce al tema de esta colaboración, ubicado en el siempre complejo universo de la resolución de disputas deportivas, ejemplificado aquí con las disciplinas federativas. Y es que, si seguimos las siglas, hay un TAD español y un TAD portugués, hasta el punto de que, en un manifiesto equívoco y, a propósito del portugués, un juez afirmó, en una acción de formación de magistrados, que también había un TAD en España, como el portugués TAD. Nada podría estar más equivocado. Proponemos, por tanto, dar a conocer el TAD portugués, -bastante diferente al español-, a pesar de la identidad del acrónimo.

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